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Momentos que no pude fotografiar

Actualizado: 8 ene

Durante las celebraciones de Nochebuena, Navidad, Fin de Año y Año Nuevo sobraron las fotos y videos, y más ahora en tiempos de celulares...No queríamos perder ningún momento ni detalle...

Pero hubo momentos que me sorprendieron sin el celular en acción, que no pude fotografiar; de esos voy a escribir hoy...

Esos momentos que me sorprendieron mirando... sonriendo...lagrimeando...sintiendo la alegría de estar ahí....

Son esos instantes los que te vuelven a enamorar de la vida...

Estábamos en ronda, compartiendo la comida y charlando en diálogos cruzados, varias charlas se daban al mismo tiempo; y me detuve a mirar las expresiones, las sonrisas que se desplegaban, las miradas que se encontraban, las carcajadas que irrumpían, los abrazos que daban vueltas por ahí, la interacción de los más chiquitos con los mas grandes, el disfrute de los sabores al mirar la mesa repleta de comida rica...

Cada instante era una instantánea en mi cabeza: mi hijo menor y mi sobrino más pequeño, mi mamá y mi hermano, mi cuñada y mi sobrino más grande, mis sobrinas con sus primas, mi hijo mayor y mi mamá, mi papá y mi marido observando, el jardín de Parana colmado de flores y luces...

Cuando despedimos el año hicimos una fogata en el centro de la ronda, y fui la que coordinó ese momento...

Primero se escuchaba mi voz y una musica suave de fondo, luego hubo alguna que otra pregunta, luego silencio y cada quien escribiendo en algún lugar del jardín... Ese momento quedó impreso en mis retinas para siempre...Infinitas instantáneas de seres volcados hacia su adentro sintiendo y escribiendo su 2024... Piel de gallina....

Y llegó el momento de despedirse del año y mi sobrino pequeño fue poniendo cada papelito en el caldero aún apagado. Fue por la ronda, tomando los papelitos y con una sonrisa poniendo uno a uno en el recipiente. En silencio como si con apenas cuatro años pudiese comprender lo que estaba sucediendo... Cada entrega del papel era una imagen especial, donde la miradas se encontraban...

Y prendí el caldero. Los papeles se quemaban y el humo ascendía acompañado del aroma de algunos yuyos que había traído mi hermana para la ocasión. Instantaneas con ojos brillosos, los míos húmedos y los de la ronda brillosos, enfocados en el fuego y en el humo...Expresiones relajadas, parecían de entrega...

Si mis ojos hubieran sido una cámara, las imágenes hubiesen salido todas borrosas...Mis ojos permanecieron húmedos y abiertos. sintiendo esos instantes...

Y jugamos mucho, y pude ver a nuestros y nuestras niñas interiores, y mis ojos entonces reían..El espiritu de competencia se chocaba con el espíritu de pura diversión sin batalla...y se fueron integrando poco a poco...las voces más fuertes, las carcajadas más ruidosas, los aplausos, la arengada a los equipos, la integración espontánea, el movimiento incesante.

Yo seguía sacando instantáneas y guardandolas en mi corazón...

Y a media noche, luego de levantar nuestras copas y gritar todos juntos Feliz Año Nuevo, llegaron los abrazos que damos y recibimos con la copa en mano, sintiendo el apretón, llorando y riendo.

Y me guardé una instantánea de cada abrazo y cada beso. Todas hermosas, cada imagen no fotografiada, pero hubo una que no voy a olvidar más y que quedó grabada en mis ojos acuosos...


Nuestra vida esta repleta de instantáneas, sólo es cuestión de olvidarse de los celulares un rato, y simplemente observar...

Los ojos conectan mágicamente con el corazon, si los entrenamos...

 
 

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