Un conflicto biológico es un instante de shock, es decir, un instante inesperado, dramático, sin explicación, vivido en soledad, sin solución.

Este conflicto genera una necesidad biológica insatisfecha y un programa de supervivencia,  que se activa dando lugar al síntoma.

Cuerpo, Cerebro, Psique se conectan para nuestra supervivencia. 

La DB nos invita a comprender que el síntoma es un mensajero,  que nos da la oportunidad de cubrir una necesidad insatisfecha en algún momento de nuestra línea de vida, reparar con los propios recursos nuestra  herida primaria y reorganizar una percepción diferente de aquel momento vivido. El síntoma es llave, no candado.

La manera de abordar cada conflicto es a través del cuerpo, que guarda todo lo vivido, conectando con las sensaciones corporales y las emociones.

 

Al realizar el Acompañamiento terapéutico con DB es fundamental un diagnóstico, luego se profundiza en el síntoma, se indaga en el conflicto biológico y la necesidad insatisfecha, se desarrollan recursos para reparar esa necesidad descubierta y  solucionar el conflicto;  así se inicia la desactivación del programa de supervivencia y su expresión: el síntoma.

 

Llegué a la DB por curiosidad y por un registro muy interno de “tiene que haber algo más”. Durante muchos años investigué en libros de Neurociencias, de Descodificación Biológica, escuché y leí mucho , hasta que decidí hacer una Maestría en el Instituto Angeles Wolder. Y nuevamente mi curiosidad y mi intuición me habilitaron otra mirada de mi ser médica.

En mi experiencia, la DB, me acompañó a mirar y sentir el pasado con amor, a descubrir los recursos que tengo para cubrir mis necesidades, a fortalecer en mi esa mirada y esa sonrisa que calman profundamente a mi niña asustada.

Así ambas , viajamos más seguras, más confiadas, aceptando el destino como entrenamiento emocional y proceso madurativo.